Un universo de azul flotando sobre el techo de la Puerta de Brandemburgo en una noche de luna llena brillando como un diamante ve desde arriba del muro en un silencio de tranquilad y austeridad las luces de los fuegos artificiales sobre el Occidente.
Un automóvil Simca celeste corre con dos chicas por la autopista principal sobre una pequeña llovizna que golpea el parabrisas y la gris carretera al borde de las medievales estructuras del castillo de Neuschwainstein y sus verdes bosques saliendo de la Baviera rumbo a Berlin.
Laurenty enciende un cigarrillo soltando las manos del volante para buscar un encendedor anaranjado sobre las alfombras del auto , Berlange apoyaba sus rubios cabellos sobre el vidrio del automóvil golpeado por las gotas sumergida en el sueno. Una sonrisa sobre la boca de L prende el cigarrillo desde abajo cuando una luz arrasante hace temblar el auto y de un reflejo doblar el volante y lanzarse hacia a la banquina , el claxon de un camión de la Esso le explica el fenómeno a B que acaba de despertarse de un golpazo.
Vuelven a subir la música a todo volumen ya despiertas las dos rien y vuelven a subir a la carretera sacando una botella de licor de la guantera , desprendiendo hermosura por kilómetros hasta Berlin queriendo ser arrolladas como por un camión pero en las luces artificiales de la ciudad.
En el palacio de Tripoli caía el atardecer en un cielo colorado como el fuego y el Sol daba vida a todo el Norte de Africa.
Por delantes de las cortinas de telas ancestrales Libias y la bandera de la Revolucion, Muammar Gadafi se pasea discutiendo los últimos detalles con un mapa de Europa con su Ministro de Defensa. G arroja un diario sobre el escritorio y los titulares rezan
“ Gran éxito de la operación Praire Fire ( Fuego de la Pradera ) “
Tras una esperada reacción sin precendentes tras el ataque a las 6ta flota , Los Estados Unidos de Norteamérica destruyen los sistemas de armas SAM Libios y gran parte de su flota.
Se cierra el diario y un hombre con lentes negros y traje levanta la vista dentro de un bar berlinense
Atraves de la ventana la noche se ve tras la lluvia en su máximo esplendor y los pulsos cardiacos del hombre aceleran al ver cruzar por el frente a otro hombre vestido igual que el con un piloto amarillo esquivar una motocicleta que dobla y meterse en el bar.
Frederick , o su nombre real Musbah Eter hace su solemne pero discreta aparición dirigiéndose seriamente acom0dandose sus gafas negras para mirarlo de frente , gira la cabeza con un gesto a la ventana y hacia afuera se ve por enfrente, las luces de las ciudad brillando los sonidos de las gotas rebotando electrónicamente sobre el piso y su pulso subir al ritmo de una tormenta que pasa al diluvio. Un auto Simca celeste se estaciona sobre el frente de la Disco La Belle Club, dos jóvenes rubias preciosas se bajan y se ponen en fila por el empedrado de la pared aguardando en pose para entrar. Le parece un rostro familiar achica sus ojos e intenta seguir mirándola para decodificar pero Frederick lo toma del brazo y sus pulsaciones vuelven a subir acomoda su cuello y se seca las gotas de sudor de su frente. Levanta su mentón y mira hacia detrás del mostrador lleno de comidas y bandejas de café y mira el reloj por arriba de todo, las agujas pendulan casi sobre las doce. Por debajo un calendario marcaba 5 de abril de 1986.
F llama a la moza de un gesto y se retiran del bar en un silencio estruendoso como la calma que antecede al huracán.
El toldo con blasones rojos y blancos de La Belle anuncian los humos y las luces , entre la lluvia un automóvil negro con tres hombres armados escoltan a dos generales estadounidenses , que sin hacer muchos ruidos pero haciéndose notar al pasar directamente por la entrada evitando la fila empujando y mostrando armas enmudeció a la fila, el rostros de Laurenty soltando el humo de su cigarrillo hacia arriba y Berlange que abre los ojos de par en par ver ingresar a los soldados .
El sargento James Going anuncia con un gesto al mozo y se acerca rápidamente una voluptuposa moza a todo apuro y deja dos whiskies sobre la mesa. El sargento mira por sobre sus bustos levanta la vista y al retirarse por detrás la mirada le echa un ojo acusante al conscripto Kenneth Ford que estaba sentado con su mirada perdida entre las mesas. Golpea la mesa con su puno y K levanta la vista nervioso acomodándose su corbata dejando caer las gotas de transpiración por sobre su calva cortada a cero ver subir sus pulsaciones al ritmo de los sonidos de la disco inmóvil temeroso sobre la silla, un muchacho joven guapo persuadido para traer chicas al sargento un simple juguete que se despierta y alza la vista al ver las dos chicas rubias pasar por detrás de la barra . Se disculpa con el sargento que no le presta atención y parlotea con gente del lugar con un habano en su boca su gran panza al aire por su camisa y elevando la voz sobre todos a carcajadas.
Por detrás de la barra K se zambulle por la oscuridad de los pasillos hacia el bano de la disco con todas criaturas a sus costados que respetaban su pasar con uniforme por detrás de un yonqui de pelos azules y amarillos ve pasar a las dos muchachas ingresar de la mano al bano de mujeres. Abre la puerta y el bano esta vacio repasa con sus pupilas vibrando por todo el lugar desde el espejo hasta las puertas de los retretes de azulejos anaranjados. Se anime y rompe la puerta del bano con una patada de su bota y las dos chicas que estaban besándose son sorprendidas.
Sus ojos se abren más que nunca y las dos chicas sus labios sonriéndose se acercan lentamente hacia el . Comienzan a desvestirlo, dos mujeres por entre sus brazos y sus piernas se entre cruzan por su pecho cuando de golpe el Sargento pone el frio de su revolver sobre la cabeza de Laurenty, la mas osada de las dos. Berlange asustada se levanta pone las manos arriba y se arrima hacia la pared el sargento baja el cierre de su pantalón y toma con su puno los rubios cabellos de L.
Entre las luces verdes y negras de la discoteca un pulso electrónico sonaba a toda premonición cada vez mas y mas rápido entre humos y colores avanzaban los hombres de negro, Musbah camina a toda maquina por detrás del otro agente que toma la posta avanzando entre la gente. Al ver entrar al sargento para el bano pasa por detrás de la barra y con un revolver apunta al estomago del encargado. Lo lleva para el cuarto de limpieza. Mientras Musbah lo ataba el agenta se metió en el bano del cuarto. Conectando unos cables el agente se desespera hasta estar a punto de estallar pero a ultimo momento descarga toda su tensión y se echa para atrás y se seca la frente , se levanta se acomoda y abre la puerta mira a M que tiene el rostro congelado. Pasan por delante del encargado y se dirigen hacia la gente.
Antes que el sargento pueda eyacular en su momento de mayor tensión con un revolver en una mano y la otra sobre la cabeza de Laurenty Kenneth y Berlange aguardan contra la pared en silencio como espectadores obligados.
El club estalla en mil pedazos.
Los fuegos artificiales caen sobre Berlin.
Desde el otro lado del muro la puerta de Brademburgo los mira bajo un universo azul de luna llena y tranquila austeridad.
Un automóvil lleva a los agentes hacia el aeropuerto de Berlín-Schönefeld.
Ahora Reagan apunta sobre Tripoli.